Llegué a Tsukuba, más conocida como la "Ciudad de la Ciencia", por caprichos del destino. Tenía un gran amigo allí y fue entre otras cosas el desencadenante para que aquel verano de 2013 visitará Japón, con mi mochila al hombro y toda mi ilusión. La ciudad en sí no tiene ningún monumento importante, ni es famosa a menos que seas algo friki como es mi caso pues cuenta con el Instituto Nacional de Materiales, el Museo Geológico, el Centro Aereoespacial y un jardín botánico experimental así como un inmenso parque en medio de la ciudad, el parque Doho con un estanque central. Se trata pues de una ciudad tecnológica que alberga un gran complejo universitario y más de 40 centros tecnológicos donde se llevan a cabo gran parte de la investigación más importante de este país. Yo estuve dos días, haciéndome al cambio horario, al calor, al país, a la gente y a sus costumbres. Fue una buena toma de contacto.