Suiza, en alemán: die Scheweiz, en francés Suisse y Svizzera en italino, es un país que a pesar de su situación geográfica, haber recibido la influencia de todos los países que le rodean, hablar muchos idiomas y la multipluralidad de sus habitantes ha conseguido mantener su propia identidad, en cuanto a la moneda y al chocolate se refiere ;)
Berna es su capital y el franco suizo su moneda a pesar de que admiten euros en muchos establecimientos, especialmente en las zonas fronterizas, que no son pocas. Para los españoles es posible la entrada simplemente presentando el DNI, aunque en muchos casos no es ni necesario. En mi caso entramos al país en coche, simplemente nos dieron el alto, miraron un poco por encima las personas que ibamos y nos dejaron pasar sin problemas. En este viaje me acompañó mi amiga Laura, compañera de universidad, de fátigas y alegrías, de ERASMUS...
Viendo lo caro que resultan los transportes en este país decidimos utilizar blablacar para movernos por Suiza, que gran invento! Fue genial, tuvimos la suerte en todos los trayectos de contar con gente joven, que hablaba inglés y muy habladora, que nos fue dando consejos sobre las distintas ciudades que en los siguientes días ibamos a visitar. Entramos al país dejando atrás la ciudad francesa de Saint-Louis a la que llegué directamente en tren desde Estrasburgo. Allí nos estaba esperando Mohammed con un flamante mercedes y con muchas ganas de hablar! Teníamos por delante varios días, ilusión y tres ciudades por visitar: Ginebra, Lausana y Basilea y un punto a favor, una amiga que vivía en Lausana, así que no podríamos tener una guía mejor. Hacia un tiempo perfecto y la primavera había producido un estallido de color en todo el país. El viaje prometía!
Berna es su capital y el franco suizo su moneda a pesar de que admiten euros en muchos establecimientos, especialmente en las zonas fronterizas, que no son pocas. Para los españoles es posible la entrada simplemente presentando el DNI, aunque en muchos casos no es ni necesario. En mi caso entramos al país en coche, simplemente nos dieron el alto, miraron un poco por encima las personas que ibamos y nos dejaron pasar sin problemas. En este viaje me acompañó mi amiga Laura, compañera de universidad, de fátigas y alegrías, de ERASMUS...
Viendo lo caro que resultan los transportes en este país decidimos utilizar blablacar para movernos por Suiza, que gran invento! Fue genial, tuvimos la suerte en todos los trayectos de contar con gente joven, que hablaba inglés y muy habladora, que nos fue dando consejos sobre las distintas ciudades que en los siguientes días ibamos a visitar. Entramos al país dejando atrás la ciudad francesa de Saint-Louis a la que llegué directamente en tren desde Estrasburgo. Allí nos estaba esperando Mohammed con un flamante mercedes y con muchas ganas de hablar! Teníamos por delante varios días, ilusión y tres ciudades por visitar: Ginebra, Lausana y Basilea y un punto a favor, una amiga que vivía en Lausana, así que no podríamos tener una guía mejor. Hacia un tiempo perfecto y la primavera había producido un estallido de color en todo el país. El viaje prometía!