Se trata de una de las ciudades más antiguas de India y uno de los cinco dhams (lugares sagrados y de peregrinaje para los hinduistas). Ellos creen que los dioses dejaron libre un cisne con un loto en el pico, el sitio donde cayó el loto se denominó Pushkar, de ahí su origen. La llegada a Pushkar no fue tan buena como esperábamos y es que había estado lloviendo todo el día (monzón) y las calles estaban inundadas. Incluso el taxista se negó a entrar hasta el hotel por miedo a que el agua penetrara en su furgoneta, no me extraña, debía tener más de 40 años ese cacharro. Los chicos del hotel se dieron cuenta de la situación y no dudaron en tirarse al agua para colocarnos unas piedras que nos permitieran llegar. Fue divertido mantener el equilibrio de roca en roca con una mochila de 20 kilos a nuestras espaldas. Sin embargo la idea tuvo éxito y en un periquete estábamos en la recepción. Nos dieron una habitación cuanto menos pintoresca. Dejamos las cosas y pretendíamos salir cuando desde el hotel nos comentaron que todo el pueblo estaba igual y debíamos esperar un par de horas hasta que el agua bajase. Eran las 2 del mediodía. Nos subimos a la terraza del hotel, pedimos unas pizzas y disfrutamos del paisaje, verde, todo verde. 2 horas después el nivel del agua era lo suficientemente bajo como para comenzar nuestra aventura.
Pushkar se encuentra a unos 14 kilómetros de Ajmer y a unos 135 de Jaipur. Es uno de lugares de peregrinaje más importantes para los hinduistas en la India. Se trata de un pueblo místico muy pequeño pero inundado continuamente por peregrinos y se encuentra recorrido de punta a punta por un enorme bazar donde puedes encontrar de todo a precios muy pero que muy baratos. Básicamente nuestra estancia allí se baso en pasear, disfrutar de la tranquilidad a diferencia de otras ciudades indias y disfrutar de las compras. No se debe olvidar visitar el templo a Brahma, uno de los pocos dedicados a este Dios.
Pushkar se encuentra a unos 14 kilómetros de Ajmer y a unos 135 de Jaipur. Es uno de lugares de peregrinaje más importantes para los hinduistas en la India. Se trata de un pueblo místico muy pequeño pero inundado continuamente por peregrinos y se encuentra recorrido de punta a punta por un enorme bazar donde puedes encontrar de todo a precios muy pero que muy baratos. Básicamente nuestra estancia allí se baso en pasear, disfrutar de la tranquilidad a diferencia de otras ciudades indias y disfrutar de las compras. No se debe olvidar visitar el templo a Brahma, uno de los pocos dedicados a este Dios.