Al borde del lago Léman (cuyo nombre significa Agua Grande según los celtas) y rodeada de los Alpes y la cordillera del Jura se esconde la ciudad de Ginebra. Es una de las ciudades más importantes del país, pues alberga la sede europea de la ONU y de otros organismos internacionales como puede ser la Cruz Roja. Llegamos a Ginebra un sábado sobre las 12 del mediodía. Salímos desde Estrasburgo en un tren dirección Basel y una vez en Suiza nos movimos con blablacar en coche. Mohamed, nuestro conductor, nos dejo justo al borde del lago donde casi no se podía estar debido al viento que hacía. Enseguida buscamos unos de los símbolos de la ciudad el "Jet d'eau", un surtidor/chorro que lanza el agua a casi 150 metros de altura y que está situado en pleno lago. Nuestros esfuerzos fueron en vano, pues no lo encontramos. al preguntar nos comentaron que debido al viento, lo habían apagado. Para que no creáis que exagero con el viento!
Decidimos investigar un poco la zona cercana al lago. En la orilla derecha se encuentran numerosos hoteles y restaurantes y a la orilla izquierda, a los pies del lago, nos adentramos en una especie de playas artificiales, donde la gente estaba tomando el... viento? era imposible tomar sol ahí. Sin embargo todos estaban muy motivados con pantalones cortos e incluso alguna valiente se animó con el bikini. Había un pequeño restaurante que servía comida rápida y aseos (gratis! extraño en esta zona).
Decidimos investigar un poco la zona cercana al lago. En la orilla derecha se encuentran numerosos hoteles y restaurantes y a la orilla izquierda, a los pies del lago, nos adentramos en una especie de playas artificiales, donde la gente estaba tomando el... viento? era imposible tomar sol ahí. Sin embargo todos estaban muy motivados con pantalones cortos e incluso alguna valiente se animó con el bikini. Había un pequeño restaurante que servía comida rápida y aseos (gratis! extraño en esta zona).
Al fondo del lago se divisa claramente el caso antiguo, coronado por la catedral de St-Pierre al fondo, protestante. La zona antigua tiene como lugar central la Place du Bourg-de-Four, que es considerada la plaza más vieja de la ciudad. Todo tiene su lógica! En torno a ella numerosas calles, entrelazadas y con unas enormes cuestan completan el barrio, donde es posible pasear, tomar un café o comprar en las pequeñas tiendas que quedan repartidas por la zona. Sobre todo las encontraras en una de las calles mejor conservada: la Grand-Rue. Estuvimos callejeando un buen rato por el centro y posteriormente bajamos a la zona que se encuentra a nivel del lago y nos sentamos a tomar un helado y ver el trasiego de los tranvías y la gente yendo y viniendo.A última hora de la tarde nos fuimos a pasear al Jardín Inglés, situado a orillas del lago. En este parque se encuentra el Monumento Nacional, que son dos mujeres, las cuales representan la República de Ginebra y Helvetia y el famoso Reloj de Flores. Nos llevó una eternidad dar con el dichoso reloj, pues se encuentra en la cara opuesta al lago, totalmente en horizontal, por lo que no es fácil su localización. Este reloj, también conocido como la Horloge Fleuri, es un símbolo mundial de Ginebra que hace referencia a la gran industria relojera que allí existe. Al caer el sol, el mismo blablacar que nos llevó nos recogió para llevarnos a Lausana, nuestra próxima parada :).