Los edificios de estuco, imitando a la arenisca, repartidos por toda la ciudad son los que hacen que sea conocida como la ciudad rosa, que en Rajastán equivale al color de la suerte. Se podría decir que se trata de una ciudad moderna, o eso intentaron, que se organiza en torno a cuatro grandes avenidas, en las cuales hoy día se distribuyen sus numerosos comerciantes, sobretodo los dedicados a los tejidos y a la joyería (doy fe, que me traje mil fulares, pashminas y pañuelos de seda). Entre sus "monumentos" a destacar tenemos el Fuerte de Amber, el Palacio de los Vientos, el Palacio de la Ciudad, residencia del Maharajá y el observatorio astronómico de Jai Singh. Se me olvidaba el Palacio de los Monos, curioso y extraño a partes iguales!!! Para subir al Fuerte de Amber se puede hacer a lomos de un elefante puesto que se trata de un palacio fortificado situado en una colina desde la que es posible obtener una increíble vista de toda la ciudad. Los elefantes son muy venerados en la cultura india pues representan la protección y la belleza. Sus largas trompas van pintadas de miles de colores y tiene su máxima expresión en el desfile de elefantes de Jaipur. De hecho si una mujer es bella dicen que anda como un elefante. No sé yo muy bien como tomar ese piropo ;)
Para disfrutar el resto de los lugares que he comentado anteriormente nosotros alquilamos un coche con un chófer que nos llevaba de aquí para allá. El calor a finales de agosto era insoportable y preferimos eso a caminar bajo el sol e ir regateando en los rickshaw. Además es mucho más rápido y el conductor te va explicando cosas que no aparecen en las guías :)
Para disfrutar el resto de los lugares que he comentado anteriormente nosotros alquilamos un coche con un chófer que nos llevaba de aquí para allá. El calor a finales de agosto era insoportable y preferimos eso a caminar bajo el sol e ir regateando en los rickshaw. Además es mucho más rápido y el conductor te va explicando cosas que no aparecen en las guías :)