Tokio ha sido una de las ciudades que más me ha impactado de las que he visto hasta ahora (que no son pocas :P). Nunca había visto tal cantidad de gente en un mismo vagón de metro ni la velocidad con la que son capaces de bajar y subirse en otro. Es increíble el número de personas que circulan por la ciudad en un día normal! y sin embargo lo hacen dentro de un orden tan silencioso y respetuoso que asusta. Siempre había oido que Tokio no estaba mal pero no era una ciudad en la que detenerse mucho tiempo y tras mi visita estoy totalmente en contra de esta opinión. En mi caso entre unas cosas u otras estuve allí 12 días y os puedo asegurar que no me aburrí en ningún momento. Los amantes de la tradicional cultura tradicional japonesa pueden ver muchísimos templos por toda la ciudad destacando dos increíbles: Senso-ji y Menji-ji, puedes perderte en las pequeñas callejuelas sobre todo en la zona de Asakusa y si te pasa como a mi, acabar vestida con un kimono y dos amables abuelitas enseñandote como colocarte el "obi" (fajín tradicional japonés), los amantes de la gastronomía tienen infinidad de posibilidades en diferentes barrios siendo los de Shibuya y los de Shinjuku los mejores para degustar sushi, teriyaki, sashimi, tempura... y los "frikis" de los videojuegos se lo pasarán bomba en Akihabara y es que como veréis Tokio tiene para todos los gustos. Tokio cuenta con muchísimos barrios, a continuación os detallaré los más importantes y los que yo visité. Más o menos yo me organicé para conocer un barrio por día, aunque algunos necesitan más de dos y otros como shibuya y sinjuku también soy buenos para acabar el día puesto que tienen muchísimos restaurantes y lugares para tomar algo cuando cae la noche.
ASAKUSA es sin lugar a dudas mi barrio favorito. Se trata del barrio mas tradicional de tokio y en él se encuentra uno de los templos sintoistas mas famosos y visitados, el Senso-ji. Este templo surge en torno a la diosa Kannon, la cual cuenta la leyenda se les apareció a los pescadores en forma de estatua allá por el año 628. La intentaron devolver al río Sumida, donde la habían encontrado, pero fue imposible ya que ella siempre volvía. Al templo se accede a través de la Puerta del Trueno o Kaminarimon, la cual está custodiada por Raijin, Dios del Trueno y Fujin, dios del viento. Un vez cruzada ésta nos encontramos en el Nakamise, un paseo repletos de puestos tradicionales, artesanales y souvenirs, donde al final se divisa el la puerta del tesoro, Hozomon, que es la puerta principal. Antes de entrar a los templos, tenemos varios elementos comunes, los cuales van asociados pequeños rituales que hay que hacer antes de entrar en señal de respeto o buena suerte. El 1 se trata del Temizu o ceremonia de purificación y es que antes de entrar a cada templo es necesario lavarse manos y boca para borrar malas energías. Para ello en la entrada al templo hay una gran pila normalmente de piedra y cañas de bambú con numerosos cazos que los visitantes pueden utilizar de forma gratuita. Además en la mayoría de los templos hay enormes carteles con instrucciones de como hacerlo. Otro forma de purificarnos es pasar por los inciensarios, tambien situados en las puertas de los templos, ya que el humo purifica, aleja malas energía y da fuerza a los débiles. El 2 sería escribir tu deseo en una tablilla ema. Puedes adquirirlas normalmente a la entrada del templo, en ella escribes tu deseo y la cuelgas en un enorme mural donde se mezclan deseos de gente de todo el mundo. Resulta curioso pararte y leer algunas, aunque a veces resulte todo un reto. El tercero sería intentar adivinar nuestro futuro y ello se hace a través de los omikuji. Al entrar al templo divisaremos con seguridad un monton de cajas de madera rellenas de palillos. Debemos elegir una, darle la vuelta y coger el palillo que salga. Cada palillo tiene una especie de código o clave, que se enseña a la persona encargada y el nos dará nuestro papelito con la profecía. Si el omikuji es nos augura buena suerte, perfecto, si no debemos dejar atado en el templo para que de esta manera los dioses se encargen ayudarnos.Mirando al templo, a la izquierda está Goju-no To, una pagoda de 64 m dividida en cinco alturas. Si salimos precisamente por ese lateral nos sumergiremos de pleno en el barrio de Asakusa. Aquí hay numerosos puestos callejeros y tiendas que nada tienen que ver con los souvenirs a la entrada del templo. Se trata de calles estrechas y entramadas donde también es posible comer y disfrutar de la gente pasar. A mi hermana y a mi nos habían hablado de tiendas de segunda mano para comprar kimonos en esta zona. HAbiamos mirado tiendas con telas maravillosas y bordadas a mano pero los precios tambien eran maravillosamente caros. Nos comentaron que era posible encontrar una amplia oferta de kimonos preciosos y en muy buen estado en este mercado ya que las japonesas no quieren repetir modelo en las grandes celebraciones, de ahí que los vendan y compren otro totalmente diferente. Mirando aquí y allá y sin saber muy bien como acabamos en una pequeña tienda junto a dos simpáticas abuelitas japonesas. Yo estaba envuelta en un kimono, una de las abuelitas me lo ajustaba mientras la otra le explicaba a mi hermana, en japones, como colocarme el obi, el fajín tradicional japonés. No me preguntéis como pero nos aclaramos a la perfección e incluso lo tenemos grabado para acordarnos. Aunque a simple vista parezca fácil no os imaginais la cantidad de telas, nudos y apretones que son necesarios para que todo quede en su sitio y el kimono te siente perfecto.