Dublín no aparecía en mi lista de destinos
inminentes. Ni en ella ni en ninguna otra de mis listas tipo "mercadillos del
mundo", "sin falta antes de que...", "lugares para descansar", etc etc. En general
nunca me ha llamado la atención Irlanda y en particular Dublín, la ciudad más
poblada de la isla, aunque reconozco que es el paraíso terrenal para los amantes
de una buena cerveza. Una amiga se marchó allí por trabajo y consultando
vuelos los astros se alinearon y conseguí un billete a muy buen precio,
entonces me dije ¿por qué no? El viaje fue cortito, tres días, pero suficiente
para conocer una ciudad que me sorprendió gratamente. Llegué al aeropuerto
procedente de Basilea, cogí un bus (Airlink
747) que me dejó en Ushers Quay,
a
orillas del río Liffey, justo donde
vivía mi amiga y nos lanzamos a recorrer el centro, como toma de contacto eso
sí, ya que nuestro objetivo primordial era comer. Había muchísimos pubs donde
elegir pero finalmente elegimos uno cuyo nombre no recuerdo (gran error, lo tengo en mi lista de pendientes!) ya que tenía unas de las
mejores hamburguesas de la ciudad o eso me prometió Laura. Me encantó el
ambiente con esa luz típica de los pubs irlandeses gracias a unas pequeñas
ventanas con vidrieras en tonos amarillentos, que eran la casi única iluminación
del lugar. Estaba completamente lleno de gente viendo el fútbol y bebiendo
cerveza ¿qué mejor plan para un sábado? A pesar de ser un pub irlandés como los
que te podrías encontrar en España tenía algo especial, bien por la decoración,
todo lleno de esqueletos, ratas y serpientes, por las camareras, pintadas como
muñecas barbie o por el modo en el que tiran las Guinness, diferente en cada
pub y que por tanto les confiere a cada una un sabor especial.
Tras un par de guinness nos dirigimos a O´connell Street, una de las calles más famosas de todo Dublín repleta de tiendas y de edificios tan emblemáticos como el de correos. La recorrimos en dirección al río, cruzamos el puente y nos encontramos con el Trinity College a nuestros pies. En la entrada se encuentra la torre del campanario con un arco para poder pasar a través de ella. Según nos contaron si pasabas por debajo cuando estaban doblando las campanas no aprobabas los exámenes. Cualquier excusa es buena! estaréis pensando :). Esta universidad es uno de los símbolos de la ciudad ya que se trata de de la universidad más antigua de Irlanda, fundada en 1952. En ella es posible visitar el Libro de Kells y su biblioteca. Se trata de un manuscrito con textos en latín de los cuatro evangelios decorado con vibrantes colores y motivos celtas. Según se cree, este libro fue creado por los monjes de Iona, perdido tras un saqueo y puesto a salvo de nuevo, por lo que por motivos de seguridad se decidió que estuviera en Dublín. Dejando el Trinity atrás recorrimos Grafton Street, otra de las calles comerciales de la ciudad. Eran las 7 de la tarde y estaba repleta de gente paseando, niños correteando y músicos ambulantes tocando. Nos compramos un café para llevar y no encontramos un plan mejor que simplemente dejarnos llevar por las diferentes músicas. Un placer para los sentidos.
Estando en Dublín sábado noche tocaba salir si o si y descubrir porque es una de las ciudades con mayor ambiente nocturno de Europa. Comenzamos por Pygmalion, un pub perfecto para tomarnos un par de cerves e ir preparando la noche irlandesa y casualidades de la vida, un chico que trabajaba con mi amiga, resultó ser de la cuadrilla de un amigo mío de Soria, el mundo es un pañuelo! Después nos fuimos a The Globe, con aire más discotequero donde probamos más cervezas y nos dejamos llevar por la música, fue bastante graciosa la noche. Por último y muertos de hambre nos fuimos a Zeitung, una especie de bar de cómida rápida, a probar uno de los kebabs más famosos de Dublín.
Tras un par de guinness nos dirigimos a O´connell Street, una de las calles más famosas de todo Dublín repleta de tiendas y de edificios tan emblemáticos como el de correos. La recorrimos en dirección al río, cruzamos el puente y nos encontramos con el Trinity College a nuestros pies. En la entrada se encuentra la torre del campanario con un arco para poder pasar a través de ella. Según nos contaron si pasabas por debajo cuando estaban doblando las campanas no aprobabas los exámenes. Cualquier excusa es buena! estaréis pensando :). Esta universidad es uno de los símbolos de la ciudad ya que se trata de de la universidad más antigua de Irlanda, fundada en 1952. En ella es posible visitar el Libro de Kells y su biblioteca. Se trata de un manuscrito con textos en latín de los cuatro evangelios decorado con vibrantes colores y motivos celtas. Según se cree, este libro fue creado por los monjes de Iona, perdido tras un saqueo y puesto a salvo de nuevo, por lo que por motivos de seguridad se decidió que estuviera en Dublín. Dejando el Trinity atrás recorrimos Grafton Street, otra de las calles comerciales de la ciudad. Eran las 7 de la tarde y estaba repleta de gente paseando, niños correteando y músicos ambulantes tocando. Nos compramos un café para llevar y no encontramos un plan mejor que simplemente dejarnos llevar por las diferentes músicas. Un placer para los sentidos.
Estando en Dublín sábado noche tocaba salir si o si y descubrir porque es una de las ciudades con mayor ambiente nocturno de Europa. Comenzamos por Pygmalion, un pub perfecto para tomarnos un par de cerves e ir preparando la noche irlandesa y casualidades de la vida, un chico que trabajaba con mi amiga, resultó ser de la cuadrilla de un amigo mío de Soria, el mundo es un pañuelo! Después nos fuimos a The Globe, con aire más discotequero donde probamos más cervezas y nos dejamos llevar por la música, fue bastante graciosa la noche. Por último y muertos de hambre nos fuimos a Zeitung, una especie de bar de cómida rápida, a probar uno de los kebabs más famosos de Dublín.
Como no hay nada peor que comenzar el día con el estómago vacío nada
más despertar el domingo por la mañana nos fuimos a tomar el "brunch" a Third Space, una pequeña cafetería
en la zona Smithfield Square, decorada hasta el mínimo detalle. Había muffins
de todos los tamaños, sabores y colores, el típico desayuno con huevos, bacon y
tortinas y mil tipos de cafés diferentes. Elegimos esa zona ya que ese fin de
semana se celebraba el "Smithfield
Market Fair" un mercadillo con música, actuaciones en directo y comida en
la sala Generator de Dublin (os cuelgo algunas fotos de su página de facebook).
Además es hostal por lo que podría ser una interesante opción si no tenéis allí
nadie que os acoja. De allí pusimos rumbo al St Stephen's green park. Dimos un paseo por Dame Street, atravesamos de nuevo Grafton Street y llegamos a él cuando el sol estaba en su
máximo esplendor. El parque es precioso, todo verde y muy animado, siendo uno
de los parques públicos más grandes de toda Irlanda. Estuvimos una hora
recorriendo sus estrechos caminos, viendo los patos y tomando el sol, que desde
que estoy viviendo en Estrasburgo lo veo poco. De ahí nos acercamos al centro
comercial Stephen green que se encuentra justo al lado. No queríamos comprar
nada en especial pero merecía la pena arquitectónicamente hablando. Su interior
consta de una estructura metálica y un techo acristalado que le confiere un
aspecto moderno aunque con un cierto toque mezcla de estilos vintage y clásico.
Una visita que no os podéis perder en Dublín es sin duda la Guinness Storehouse y disfrutar de una pinta y las mejores vistas de todo Dublín en lo alto del edificio. La entrada son 15 euros (estudiantes :p). En nuestro caso era verdad que teníamos las tarjetas para acreditarlo pero al comprar los tickets por internet nadie te pide nada y te puedes ahorrar 3 eurillos por persona. La Guinness Storehouse se encuentra al oeste de Dublín por lo que aprovechamos para visitar algunas cosillas hasta llegar allí como el Castillo de Dublín y la catedral de San Patricio. La guinness es un distintivo de Dublín y un negocio en toda regla. Se construyó en el año 1904 y fue utilizado hasta 1988 como lugar para fermentar la cerveza. A partir de ahí se transformó en una sala de exposiciones donde ofrecen una visión global de como se creó la fábrica, sus orígenes, como se hace la cerveza, las materias primas que utilizan, como se fabricaban los barriles donde la almacenaban, su expansión como empresa y como ha sido posible que la Guinness se transforme en un símbolo del país. Os dejo el link:
http://www.guinness-storehouse.com/es/Index.aspx
El domingo terminó como había comenzado: comiendo. Esta vez elegimos un pub en la zona de Temple Bar llamado "Merchants Arch" delante del Ha´Penny bridge. El estofado de ternera con guiness era la especialidad, que estaba bueno no buenísimo, ¿sería el hambre? El caso que tanto la cena como el ambiente fue de 10, pues disfrutamos durante toda la comida de música en directo por varios grupos y de irlandesas cincuentonas dándolo todo.
A la mañana siguiente mi vuelo salía a la una, el tiempo justo para desayunar y dar una vuelta por la zona del Generator. Esta vez elegimos el Cinnamon Café, cerca de Smithfield para probar un par de dulces y un buen café, me esperaba un gran día de aviones, trenes y autobúses de vuelta a la fría Estrasburgo!
http://www.guinness-storehouse.com/es/Index.aspx
El domingo terminó como había comenzado: comiendo. Esta vez elegimos un pub en la zona de Temple Bar llamado "Merchants Arch" delante del Ha´Penny bridge. El estofado de ternera con guiness era la especialidad, que estaba bueno no buenísimo, ¿sería el hambre? El caso que tanto la cena como el ambiente fue de 10, pues disfrutamos durante toda la comida de música en directo por varios grupos y de irlandesas cincuentonas dándolo todo.
A la mañana siguiente mi vuelo salía a la una, el tiempo justo para desayunar y dar una vuelta por la zona del Generator. Esta vez elegimos el Cinnamon Café, cerca de Smithfield para probar un par de dulces y un buen café, me esperaba un gran día de aviones, trenes y autobúses de vuelta a la fría Estrasburgo!